miércoles, enero 14, 2009

Dios existe

Pese a que más de una persona se está rasgando las vestiduras con lo que está sucediendo en Europa con los buses "pro-ateos", me llaman la atención varias circunstancias que se mueven entorno a ello: la razón por la cual los ateistas se están moviendo, la manera como se está desenvolviendo el asunto entre las dos partes (creyentes y no creyentes), la manera como la iglesia católica y otras denominaciones han respondido, pero más importante aún, el efecto que puede generar en las personas y en la sociedad.

Según las fuentes que he consultado (marketingdirecto.com y elpais.com) la noticia comienza con la respuesta que da un teórico de la evolución ante el acoso de una secta "cristiana", la cual condena al infierno a quienes no creen en la salvación por medio de Jesucristo. Aterrado por la sentencia, el señor Richard Dawkins decidió promover el ateismo en complicidad con una periodista inglesa que también se vió agotada por la satanización de la vida por parte de algunos llamados a promover la fe en Cristo (lo cual está muy bien si no hay fundamentalismo de por medio). Tal fue el ímpetu de la iniciativa que lograron recaudar fondos de gente del común, adicional de conseguir el apoyo de librepensadores y organizaciones que promueven este tipo de ideologías. El fin era publicitar en ciertos buses londinenses (y ahora en varias ciudades de Europa como Madird, Barcelona, Valencia, Génova) la frase "Dios probablemente no existe. No te preocupes y disfruta de la vida".

Ante lo anterior los creyentes se organizaron para responder a la campaña con la misma estrategia, sólo que la frase cambia por "Dios sí existe. Disfruta de la vida en Cristo". En este momento ya se encuentran circulando ambos mensajes en las calles de ciudades que han visto crecer el cristianismo a lo largo de la historia y las respuestas ante tanto estímulo no se han hecho esperar. Incluyendo la mía, que soy un convencido de la existencia de Dios.

Yo veo que el problema no es la aseveración pues incluso si me mira bien, al menos los ateos no se la jugaron con la muerte de Dios. Veo todo este asunto como una buena oportunidad para preguntarse ¿En donde esta mi fe?. Que no es otra cosa diferente a preguntarse "¿Creo en Dios porque alguien me lo dijo o porque realmente lo siento?". Esta discusión no es nueva en la historia, salvo que ahora se está echando mano de lo último en marketing para promoverlo, pero la circunstancia como tal es tan antigua como la misma fe.

Más allá de lo que muchas organizaciones, muchas doctrinas y en especial la Iglesia puedan hacer al respecto, es un buen momento para afianzar el criterio propio y ver de qué manera se cultiva la fe en cada quien; comencemos por cada uno y luego sí preocupémonos por divulgarla. Algunos creen en sí mismos (los ateos), algunos en la suerte o el destino y otros creemos en Dios. Y todo es respetable según como se le mire. Si bien los cristianos estamos llamados a evangelizar como compromiso desde el bautismo, también es cierto que también se nos pide NO JUZGAR, pues ese Dios en el que creemos es quien tiene la potestad para ello. La disputa puede ser tan enrredada como se quiera pues sea blanco o negro, incluso entre creyentes y no creyentes hay divisiones (tristemente para el cristianismo desde mi punto de vista). Así que el tema no es lo público del dilema sino lo que cada quien siente. De ahí en adelante surgen los efectos para la sociedad.

Así que, al menos desde donde yo lo veo, no nos queda más que contemplar un par de opciones para sortear lo que sucede: participar en discusiones sanas al respecto y con el testimonio propio sustentar nuestros argumentos de fe. Por otra parte queda abierta la invitación a orar por lo que acontece, seguir pidiendo por todos (los que creen y los que no) y esperar con la firme convicción que cuando llegue el ocaso de nuestra vida terrenal, sea la verdad la que tome partido.

Para mayor referencia: http://www.marketingdirecto.com/noticias/noticia.php?idnoticia=30449, http://www.elpais.com/articulo/espana/Visto/bueno/campana/Probablemente/Dios/existe/elpepuesp/20090112elpepunac_11/Tes

lunes, enero 12, 2009

Bendición irlandesa

Que los caminos se abran a tu encuentro,
que el sol brille sobre tu rostro,
que la lluvia caiga suave sobre tus campos,
que el viento sople siempre a tu espalda.
Que guardes en tu corazón con gratitud el recuerdo precioso de las cosas buenas de la vida.
Que todo don de Dios crezca en ti y te ayude a llevar la alegría a los corazones de cuantos amas.
Que tus ojos reflejen un brillo de amistad,
gracioso y generoso como el sol,
que sale entre las nubes y calienta el mar tranquilo.
Que la fuerza de Dios te mantenga firme,
que los ojos de Dios te miren,
que los oídos de Dios te oigan,
que la Palabra de Dios te hable,
que la mano de Dios te proteja, y que,
hasta que volvamos a encontrarnos,
otro te tenga, y nos tenga a todos,
en la palma de su mano.

Tomado de www.pastoralsj.org

viernes, enero 09, 2009

Salve uno como si fueran 2.500

Es interesante hacer un recorrido por la historia de personas que arriesgan todo porque tienen algo claro: que están en el mundo para hacer el bien. Este es el caso de Irena Sendler quien se expuso a torturas por el hecho de haber salvado 2.500 niños de las garras del Holocausto Nazi.

Todo esto me lleva a pensar que si bien todos podemos aspirar a salvar ese número de niños (ojalá más), sería tan gratificante para Dios y para la humanidad que nos arriesgáramos a salvar al menos uno.

Y no hablo de ponerse la capa y buscar por las calles a ver qué niño están azotando. Podemos comenzar por nuestra propia casa. Con nuestros hijos o sobrinos o su nietos, haciendo parte de su buen crecimiento, inculcándoles valores pero sobre todo enseñándoles y mostrándoles lo que es el amor verdadero. Más allá de querer repetir lo que todo el mundo dice pero no muchos practicamos con la constancia necesaria, se trata de entender qué puede ser una tortura para una persona que a sus escasos años jamás pensará como adulto.

No se necesita estar en un campo de concentración para intimidar o maltratar un menor. Con el simple hecho de regañarlo injsutificadamante, de hacerle daño así sea con una mirada lo suficientemente hiriente como para hacer sentir miserable al más noble, incluso sólo por desconocer lo que es capaz, de jamás ofrecerle una disculpa, de no ponerle atención o simplemente hacerlo testigo de una mala acción entre muchas otras situaciones, ya estamos haciendo que una persona más en el mundo crezca con el deseo infinito de desquitarse con el que pueda.

Se trata pues, de ser lo más consciente posible a la hora de tratar un niño pues por algo que usted o yo hagamos (o dejemos de hacer en frente de él), se le puede generar una marca de por vida que sólo Dios sabrá cómo sanar.

Ahora, si nuestro entorno carece de niños o tal vez queremos ir más lejos porque la tarea la hemos hecho bien hasta ahora, extendamos una mano al que sin ser nada nuestro lo necesita. Pero no dándole dinero sino alimetándolo, vistiéndolo o educándolo. En el mundo existen gran cantidad de personas que procuran lo mismo y han contribuído a que muchos de ellos se levanten, se recuperen y que edifiquen sociedades menos resentidas. Nosotros podemos aumentar ese número de quienes buscan devolver a Dios lo que Él en su infinita bondad nos ha dado.

Tan lejos como llegó Irena lo podemos hacer cada uno, así no alcancemos el mérito de ella, que con esfuerzo pero sobre todo con fe en Dios logró no sólo salvarlos a ellos sino a ella misma también. Hagamos parte del rescate de un niño más, para que no sea tan tarde que debamos escribir sus nombres en papeles tristes y esconderlos en envaces de vidrio para que algún día, alguien de buena voluntad decida rescatarlos cuando ya pueda ser tarde.



Para mayor referencia visitar http://es.wikipedia.org/wiki/Irena_Sendler

martes, enero 06, 2009

La costumbre al divorcio

Llevo un año y casi cuatro meses de casado y para muchos aún sigo en luna de miel, incluso algunos, con mucha seguridad afirman que sólo dura los primeros cinco años (no falta el "aguantador" que le puso diez). Ante eso debo decir que sí, estoy de luna de miel, pero espero que no sea por cinco años sino para siempre.

Más allá de la promesa romántica de jurar amor eterno, estoy convencido que uno se casa para comprometerse a que ese deseo permanezca vigente. Más de uno que ya lleva un buen tiempo de matrimonio encontrará un tanto ilusas estas palabras, y lo respeto, pues tengo muy claro que el reto de compartir la vida con otra persona no es nada fácil. Sin embargo me gustaría que, si le parece interesante, en diez años nos crucemos al menos un correo electrónico y me pregunte si aún siento lo mismo.

Si me atrevo a tanto no es porque me lo haya soñado o que esté tan ciegamente enamorado como para no tener los pies en el suelo y desconocer que por una u otra razón el encanto puede desfallecer. Me atrevo porque realmente lo deseo, simplemente por eso. Y si no fuera por ese simple hecho creo que ni siquiera me hubiese puesto en la tarea de comprometer mi vida al lado de la persona que amo.

Es por todo lo anterior que veo con tristeza cómo el lazo que se establece entre dos personas ante nadie más ni nadie menos que Dios, se disuelva tan fácil como más de uno lo espera. No es difícil escuchar en las reuniones sociales cómo más de uno se queja porque los matrimonios hoy día no sean serios y hasta alegan que "los muchachos de ahora" lo toman como un arrebato o simplemente que se impulsaron por decisiones acaloradas en el fulgor del flirteo. Y tienen razón, pues es verdad que la determinación no es sólo del corazón sino que merece una buena dosis de razón al momento de su discernimiento. Sí, es fácil juzgarlo pero qué se ha hecho para que eso suceda y lo que es peor, qué NO se ha hecho para que año tras año no aumenten las cifras de divorcio.

Es verdad, en teoría no hay mucho por hacer pues eso le atañe solamente a la pareja que ante el conflicto no ve otra salida. Pero ¿estamos seguros que eso es así? Si nos damos cuenta, con al menos evitar lanzar al aire cualquier justificación al divorcio, ya estamos haciendo mucho. Ahora, si ya estamos casados y la convivencia ha sido placentera o -hablando objetivamente para algunos casos- llevadera, basta con que le mostremos al mundo el agrado por ello y no hacer ningún esfuerzo por disimularlo. Esto, aunque sea difícil de creer, sirve para "vender la idea" que la unión de dos personas tiene sentido, incluso llegando a antojar a más de uno. No son pocas las personas que me he cruzado y que se refieren a una pareja como "son tal para cual, hasta da gusto verlos y hacer lo mismo que ellos".

Es así como si bien creo que el "divorcio express" está tomando fuerza, también creo que en nuestro entorno mercantil se puede "comercializar" el antojo por el matrimonio, no express ni mucho menos porque de ahí sale que a los tres meses la pareja se termime odiando, sino el que se concibe con todo el sentimiento y la razón del caso. La iglesia da sus razones respecto al aumento de las separaciones y son respetables pero tanto ellos como los que decimos pertenecer a ella, estamos llamados a ser contribuyentes en sanas decisiones, a hacer parte de la madurez sentimental de quienes nos rodean y más si el lazo que nos une a ellos es tan estrecho como la familia o los amigos del corazón. Coincido con quienes piensan que el crecimiento del número de familias disueltas se convierte en una bomba de tiempo ante una sociedad que no sólo precisa de células íntegramente formadas sino que como anhelo común tienen la paz y al armonía.

Si dió el "sí" convencido, independiente a sus creencias donde se enseña que el matrimonio es para siempre, antoje al que se le atraviese. Hágalo y verá que sí funciona.

Para mayor referencia remitirse a http://caracol.com.co/nota.aspx?id=741672

lunes, enero 05, 2009

Ojo por ojo?

Es impresionante la historia de Ameneh Bahramí. Por donde se le mire hay drama; y sin el ánimo de especular o sacar partido de esa historia ni mucho menos juzgar, vale la pena detenerse a revisar la historia: una mujer que de repente ve truncada su vida gracias al egoísmo de otra, sólo porque no quiere casarse con él.

Ante la negativa, el desilusionado (que además es un extraño pues a duras penas conocía a Ameneh) no ve otra alternativa más que bañarla en ácido por no acceder a su petición. Desde mi punto de vista, lo cruel de este asunto no es tanto el acto criminal como tal sino que se pretenda creer que una vez ella pueda llevar a cabo lo que la justicia falló a su favor (aplicar 20 gotas de ácido en cada ojo a su agresor), las huellas desu desgracia se borren, no de su cara sino de su corazón.

Insisto, no quiero juzgar. Estoy seguro que no tengo la más remota idea de lo que esta mujer está sintiendo, pero me pregunto si realmente el vengarse del infame que arruinó su vida será suficiente para sentirse mejor. Ojalá que independientemente a lo que sucedea, ella se reencuentre con la tranquilidad y la esperanza.

¿Usted cree en el regocijo que trae la ley del Talión?

Para mayor referencia remitirse a http://www.semana.com/noticias-gente/ojo-ojo/119250.aspx

Acerca de mí

Diseñador gráfico de la UJTL de Bogotá, Colombia. Convencido que algo nuevo se aprende todos los días y mejor aún, no se puede callar. A alguien le servirá.

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